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lunes, 28 de noviembre de 2011

FUNDAMENTOS Y BULOS DEL NACIONALISMO.


¿Sabias quePregunta
El nacionalismo podría entenderse como un concepto de identidad experimentado colectivamente por miembros de un gobierno, una nación, una sociedad o un territorio en particular. Los nacionalistas se esfuerzan en crear o sustentar una nación basada en varias nociones de legitimación política. Muchas ideologías nacionalistas derivan su desarrollo de la teoría romántica de la "identidad cultural", mientras que otros se basan en el argumento liberal de que la legitimidad política deriva del consenso de la población de una región.

Ha sido duramente criticado por personajes históricos tan diferentes como Charles de Gaulle, Albert Einstein, Albert Camus o François Mitterrand.

Los primeros precedentes del nacionalismo comienzan a aparecer en el siglo XVIII, pues hasta ese momento, la idea de nación, tal y como se concibe en la actualidad, no se había formulado. Hasta ese momento, las identidades colectivas basadas en la religión o en ser súbditos de un mismo rey, prevalecían sobre las étnicas. En la Revolución francesa se utilizará el término nación como sinónimo de ciudadano, es decir, la nación ya no está personificada en la figura del monarca, pues la nobleza es un cuerpo ajeno a la nación: la nación es el tercer Estado.
Ciertos teóricos, como Benedict Anderson, han afirmado que las condiciones necesarias para el nacionalismo incluyen el desarrollo de la prensa y el capitalismo. Anderson también afirma que los conceptos de nación y nacionalismo son fenómenos construidos dentro de la sociedad, llamándolos comunidades imaginarias. Ernest Gellner añade al concepto: "el nacionalismo no es el despertar de las naciones hacia su conciencia propia: inventa naciones donde no las hay".

Primacía del grupo sobre los individuos



Para el nacionalismo el todo es mayor que la suma de las partes. ¿Qué significa esto? Que la sociedad es más que los individuos que la integran. La sociedad, que preexiste a los individuos y continúa existiendo después de la muerte de tal o cual individuo particular, es más importante que ellos.

Para el nacionalismo, el grupo esencial de pertenencia y el sujeto de la Historia es la nación. Por eso, cuando un nacionalista escribe libros de Historia, centra su atención en el surgimiento, desarrollo y ocaso de las grandes naciones. 

Llevada al extremo, esta ideología puede justificar el sacrificio de unos por el "bien" de todos. Un sacrificio que muchas veces no es voluntario sino decretado por quienes tienen el poder para decidir qué conviene a la nación o al partido que la gobierna.

El Estado se convierte en el centro de la vida política y, explícita o implícitamente, se genera un sistema de partido único. Esto recorta las libertades individuales, tanto de expresión como de participación en la vida política, y favorece el sostenimiento de una unidad monolítica. Así, el totalismo se transforma en totalitarismo, no quedando espacio para la crítica y la generación de propuestas opuestas a las del partido en el gobierno.


Sí a la propiedad privada.



El nacionalismo acepta la propiedad privada de los medios de producción como una condición necesaria para el normal desarrollo de la vida económica de la sociedad.

El nacionalista está preocupado por el crecimiento económico de su nación, por que ella logre independencia y, de ser posible, se convierta en dominante. La propiedad privada es para él un medio en pos de la grandeza nacional. Las desigualdades económicas son vistas como un mal que debe ser soportado si beneficia a la nación. El Estado, fuerte y omnipresente, no niega ni anula el derecho de propiedad pero busca ponerlo al servicio de sus intereses.

El nacionalismo reconoce que el régimen de propiedad privada genera, tarde o temprano, marcadas diferencias económicas, pero prefieren eso a la ausencia de propiedad, para salvaguardar o aumentar el poderío nacional. 


Irracionalismo.



El nacionalismo no ve a la Historia como un camino de realización, orientado hacia la conformación del tipo más perfecto de sociedad: destaca el componente no racional tanto del obrar humano cuanto de la Historia en su conjunto. 

Los nacionalistas ven a las naciones como los sujetos de la Historia. Ésta es la lucha entre los pueblos por dominar a los demás, prosperar y mantener la propia existencia. Y ese dominio no tiene una fundamentación racional sino vital y emocional. Las naciones luchan por sobrevivir e imponerse, como lo hacen todos los demás seres vivos: es la ley de la vida. Y para lograrlo bien valen la astucia y el engaño. El individuo se siente unido a la nación y este sentimiento de pertenencia es tan fuerte que moviliza las emociones más profundas.


Bulos del nacionalismo



Los separatismos se sustentan sobre cuatro pilares:
  • Nacionalismo: exaltación del territorio y de la raza, por encima de los derechos y libertades.

  • Enemigo común: Invención de un culpable o chivo expiatorio —una etnia, un país— de los males de la población, al cual se deshumaniza y presenta como más incapaz, irracional, malvado. Fomento del odio para cohesionar al grupo.

  • Victimismo: explotación política de agravios —reales o imaginarios— para justificar las reivindicaciones secesionistas, los liberticidios y los estallidos de violencia.

  • Manipulación informativa: adulteración del pasado y del presente. Construcción de una realidad ficiticia para engañar y dirigir a las masas, para afianzar los tres pilares anteriores. Sustitución de la historia por mitología, y del raciocinio por consignas y eslóganes. Recurso, habitual o esporádico, a métodos coercitivos para la homogeneización ideológica de la población. Eliminación —física, o social, profesional y política— de toda disidencia del “pensamiento único”, institucionalizado como verdad irrefutable.
No es necesario remontarse mucho en la historia para reconocer idénticos mecanismos en la articulación de otro terrible fanatismo, sufrido durante el siglo XX. Adolf Hitler inventa el concepto de raza aria e invoca la reconstrucción de la Gran Alemania, que había quedado territorialmente cercenada por las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial (nacionalismo). Señala al sionismo internacional como culpable en la sombra de las desgracias del pueblo alemán (enemigo común). Rentabiliza políticamente y alimenta la insatisfacción popular derivada de la confiscación de las colonias, y del pago de onerosas compensaciones impuestas a Alemania como responsable moral y material del conflicto, establecidos en el Tratado de Versalles el 28 de junio de 1919 (victimismo). De la manipulación informativa se encargaría eficazmente quien luego fue su ministro de propaganda, el doctor Paul Joseph Goebbels, siniestro personaje con sobresalientes conocimientos de la psicología de masas, que desde su cargo ejerció un férreo control de los medios de comunicación, de la información saliente y de la entrante en el III Reich. Las enormes dotes de convicción de Goebbels estaban basadas en la apelación a la emotividad y a los instintos primarios del hombre (ira, orgullo, miedo, frustración, odio, etc.), en la exacerbación sistemática de éstos para manipular las voluntades. Fuente Fuente Fuente

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