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lunes, 29 de agosto de 2011

EFECTO CARRINGTON ¡ PODRIAMOS VOLVER A LA EDAD PIEDRA !!!!


¿Sabias quePregunta
En el año 1859 se produjo una gran fulguración solar. La tormenta solar de 1859 fue la más potente registrada en la historia. A partir del 28 de agosto, se observaron auroras que llegaba al sur hasta el Caribe. El pico de intensidad fue el 1 y 2 de septiembre, y provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Parece que este tipo de situaciones sólo se produce cada 500 años aproximadamente, según los estudios de muestras de hielo.

Parece que los primeros indicios de este incidente se detectaron a partir del 28 de agosto de 1859 cuando por toda Norte América se vieron auroras boreales. Se vieron intensas cortinas de luz, desde Maine hasta Florida. Incluso en Cuba los capitanes de barco registraron en los cuadernos de bitácora la aparición de luces cobrizas cerca del zenit.

En aquella época los cables del telégrafo, invento que había empezado a funcionar en 1843 en los Estados Unidos, sufrieron cortes y cortocircuitos que provocaron numerosos incendios, tanto en Europa como en Norteamérica. Se observaron auroras en zonas de baja latitud, como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawai, entre otras.

La fulguración de Carrington



A veces, se habla de la fulguración de Carrington debido a que este científico hacía unos bocetos de un grupo de manchas solares el jueves primero de septiembre debido a la dimensión de las regiones oscuras, cuando, a las 11:18, se dio cuenta de un intenso estallido de luz blanca que parecía salir de dos puntos del grupo de manchas. Quiso compartir el espectáculo con alguien pero no había nadie más en el observatorio. Diecisiete horas más tarde una segunda oleada de auroras boreales convirtió la noche en día en toda Norte América hasta Panamá. Algunos ejemplos ilustran la magnitud de este hecho: se podía leer el periódico bajo la luz entre roja y verdosa de las auroras, mientras que los mineros de oro de las Montañas Rocosas se levantaron y merendaron de madrugada, creían que el Sol salía detrás una cortina de nubes. A la sazón había muy pocos aparatos eléctricos, pero los pocos que había dejaron de funcionar, por ejemplo, los sistemas telegráficos dejaron de funcionar en Europa y Norte América.

Si la tormenta de Carrington no tuvo consecuencias brutales fue debido a que nuestra civilización tecnológica todavía estaba en sus inicios: si se diese hoy los satélites artificiales dejarían de funcionar, las comunicaciones de radio se interrumpirían y los apagones eléctricos tendrían proporciones continentales y los servicios quedarían interrumpidos durante semanas. Según los registros obtenidos de las muestras de hielo una fulguración solar de esta magnitud no se ha producido en los últimos 500 años, aunque se producen tormentas solares relativamente fuertes cada cincuenta años, la última el 13 de noviembre de 1960 (50 años).

Pero quien fue Richard C.Carrington


Richard C. Carrington (1826 - 1875) fue un astrónomo aficionado británico. Estudió la manchas solares (1853-61) y comprobó la rotación diferencial del Sol. Fue el primero (al mismo tiempo que Richard Hodgson), en observar una llamarada solar (1859).
Carrington sugirió el flujo continuo de partículas que fluyen hacia el exterior del Sol. Es lo que luego se denominó viento solar.

En 1859, Carrington hizo la primera observación de lo que más tarde se llamaría una llamarada solar con un telescopio óptico sencillo. (Richard Hodgson, independientemente, también hizo la misma observación). Este es un repentino estallido de energía de la atmósfera solar. Lo que no sabía, era las consecuencias que estas llamaradas iban a traer. Carrington nos relata este asombroso suceso conocido como La fulguración de Carrington.

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